
Los más románticos y espirituales te dirán que lo más valioso de la vida es el amor, la compasión, el respeto, la solidaridad…
Los artistas te dirán que lo más valioso de la vida es el arte, la creación humana en busca de la belleza, la música, la literatura, la pintura…
Los científicos dirán que lo más valioso es el conocimiento, el ir más allá, la exploración, la investigación…
Pero deberíamos ser más conscientes de que nada de lo anterior es posible sin el tiempo. El tiempo es lo más valioso, de hecho, es lo único que es (o debería ser) realmente nuestro.
Lo único que tenemos al nacer es un tiempo de vida. No traemos bienes materiales, ni arte ni exploración, pero tenemos el potencial y el tiempo para crear, amar, investigar…
Algunos tenemos más tiempo que otros y, aunque nacemos con fecha de caducidad, desconocemos qué día se nos acabará el tiempo (por suerte).
El tiempo es relativo, y mucho.
¿Sabías que la vida de los yoguis se rige por el número de respiraciones? Según su filosofía a cada uno de nosotros se le adjudica un número determinado de respiraciones, cuando llegamos a ese número, morimos.
Por eso los animales de respiración lenta (elefantes, tortugas…) viven más tiempo que los de respiración rápida. Por tanto, hay que aprovechar todas y cada una de nuestras inhalaciones y exhalaciones.

Si estás familiarizada con el yoga, meditación o alguna otra filosofía oriental, verás que tienen un punto en común: la importancia del ahora.
Lo que está claro, y los orientales practican desde hace tiempo, es que el pasado sólo existe en nuestra memoria, el futuro sólo puede existir en nuestra imaginación. Lo único real es el ahora.
Por eso es tan importante vivir el momento presente, porque si nos anclamos en el pasado o sólo nos proyectamos al futuro estamos dejando de vivir el ahora, y eso sí que es perder el tiempo.

Te voy a poner un ejemplo: cuando saco a pasear a mis perros no me llevo el móvil. Algunos piensan: aprovecharé el tiempo para llamar y organizar la cena de mañana o ponerme al día en el correo… fíjate que hay mucha gente que pasea el perro con el móvil.
Cuando paseo a mis perros sólo estoy por pasear a los perros, disfrutar con ellos, observar su comportamiento y sus interacciones… no me concentro en nada más. Esto supone mejor calidad de vida para ellos y una gran relajación para mí, que desconecto del resto. Es tiempo de calidad.
Vivir el momento presente
Cuando estés con tus amigos, está con tus amigos, cuando estés con tus hijos concéntrate en ese momento, observa, sé consciente del momento, vívelo.
Es fácil decirlo, pero muy difícil llevarlo a cabo durante el día, tenemos mil cosas en la cabeza y “no nos da la vida”.
Gestionamos muy mal nuestro tiempo, que es lo más valioso que tenemos. Nadie nos habla del poder que tiene vivir en el presente. Los niños viven en el presente, pero vamos perdiendo esa facultad por la educación y la presión social.
Nos dicen que el tiempo es oro, pero no en el buen sentido de la frase. Deberían decir “tu tiempo es nuestro oro”, porque la mayoría de nosotros somos asalariados y eso no es otra cosa que vender nuestro tiempo por una cantidad de dinero.
Lo único que le interesa al mercado es que seas productivo, que produzcas algo vendible y que consumas todo lo que te venden. Si estás tres horas mirando la luna, estás perdiendo el tiempo (mentiraaaa) porque no estás haciendo nada (productivo para la sociedad de mercado) ni consumiendo nada (la luna es gratis, jejeje).
Viajar te pone en el presente
La mejor manera de vivir en propia piel las distintas maneras de valorar el tiempo en este mundo, es viajando. En occidente difícilmente te encuentras con gente que lleva una vida contemplativa, y si encuentras un tipo sentado en un banco mirando un árbol durante horas pensaremos que está mal de la cabeza.
En Asia, África y en las zonas indígenas de América te encontrarás con mucha gente que está viviendo en el presente, con consciencia y con alegría. No les importa el mañana, el ayer ya pasó, están aquí y ahora, viven el momento.
Y son más felices que nosotros los occidentales, que vamos todo el día como pollo sin cabeza, que no nos da la vida, que no tenemos tiempo para nada, siempre estresados, siempre corriendo.
Lo primero que te dicen en India es Shanti Shanti (tranquila, despacio) lo primero que te dicen en Benín es Dedé Yobo (despacio, blanca), en Tanzania y Kenia es pole pole … ¿Has pensado cómo nos ven en el resto del mundo? Blanquitos acelerados, siempre buscando algo que hacer, horrorizados ante la idea de parar, no sea que nos vayamos a aburrir, no sea que nos pongamos a pensar.
Tomar un tren en India.
Supongamos que estamos en una estación de tren en una gran ciudad de India. Se espera que la salida del tren sea a la 15:00h. Eso quiere decir que como mínimo una hora antes debes llegar a la estación, además ya tienes los billetes, es sólo subir al tren. Eso piensas tú con tu mente occidental.
Los locales llegan a la estación a las 14:55, para ellos ya ha comezado el viaje.
Son las 15:42 y ni hay ni rastro del tren. Ni información. Observa a tu alrededor: los locales están viviendo el momento, una señora ha sacado comida y ella y su familia comen y ríen en el suelo, unos muchachos se han echado y duermen apiñados en un rincón, un hombre simpático pasa de grupo en grupo y les pregunta cómo va todo, dónde viajan, de dónde son…están viviendo el momento.
Los occidentales están desesperados (16:50 y no dicen nada…) van a las oficinas, a las taquillas, buscan a alguien que les diga algo… como máximo obtendrán un “it’s coming” (está llegando). Deambulan nerviosamente, discuten, dudan… no entienden nada.

A las 18:35 los occidentales están agotados. Empiezan a entender que están en la estación correcta esperando al tren adecuado y que llegará (“it’s coming”), pero no se sabe cuándo.
Los locales han montado alguna timba, algunos se acercan a preguntarte de dónde eres y a dónde vas, los críos hacen piruetas y bromas y tú te ríes, un holandés ha sacado un juego de su maleta y unos cuantos hombres se acercan a jugar… gente durmiendo, charlando, riendo…viviendo el momento.
El tren llega a las 20:23.
La mente occidental piensa “más de 5 horas de retraso, pero esto qué es, que poca seriedad, vagón 23 sleepers, donde está”
La mente local piensa: “ay que pena, con el ratito que nos estábamos echando y ha llegado casi puntual, bueno, seguimos en el tren”
Para ellos el viaje empieza cuando llegan a la estación, para nosotros empieza cuando estamos en el tren. Para ellos es una aventura y la disfrutan segundo a segundo, aprovechan el tiempo y conocen gente, nosotros sólo estamos pensando en las horas que nos quedan de viaje.
Viaja libre, sé dueña de tu tiempo.
Viaja, pero viaja por tu cuenta y con tiempo, si te metes en un viaje organizado de dos semanas no tendrás tiempo para disfrutarlo, puedes hacer muchas fotos bonitas y atesorar algún recuerdo desvaído, pero no disfrutarás del presente de tu viaje, sólo contarás los días.
Un viaje de piel de enmarca en el concepto “slow travel”, viajar despacio, disfrutando del momento, hacer lo que quieres, sin prisas. Aprendes a valorar el tiempo, a valorar la vida, a valorarte a ti misma.
Vivir el presente es tener al tiempo como aliado, no como enemigo.
Si te interesa el tema y quieres aprender más te recomiendo el libro “El poder del ahora” de Eckhart Tolle.
Me encantaría que me dieses tu feedback, que me dijeses en qué te ha hecho pensar este post, si crees que tengo algo de razón o estoy muy loca… me gustaría que me dijeses lo que fuera… ¡si tienes tiempo, claro!
El mejor momento es AHORA
Otro error impuesto por la sociedad que cometemos muy a menudo es «esperar a que llegue el mejor momento»
Tienes ganas de hacer ese gran viaje pero ahora no es el momento, debes esperar un momento mejor… son excusas que pone tu mente para que no te muevas del sitio, para que no salgas de la rutina que a tu cerebro tanto le gusta.
Y te pasas la vida esperando el momento, te vas haciendo mayor, ya no tienes fuerza ni ganas de hacer ese viaje con el que has soñado mil veces, ha pasado tu momento esperando el mejor momento.
O se acaba tu tuiempo en este mundo. Eso de que deberíamos vivir cada día como si fuera el último es cierto. Cada día de tu vida puede ser el último. o el primero del resto de tu vida.
Sólo se vive una vez y el mejor momento, siempre, es AHORA.
La mayoría de las veces ese «lo dejo para más adelante» se convierte en nunca.
He viajado en pandemia, con guerra en Ucrania, y te aseguro que lo he disfrutado como siempre y me he sacado de la cabeza esos miedos impuestos que no nos dejan movernos.
Deja de ver las noticias y escucha a tu corazón.
Sé consciente de lo que realmente vale tu tiempo y aprovéchalo.
Te puedo asegurar que lo único que tenemos es tiempo, y que nos encanta malgastarlo. Me encanta tu web, como escribes y lo que transmites. Escribes con palabras lo que mi mente no sabe aún expresar. Deseando saber lo que es un viaje de piel.
Tenemos tanto que aprender del mal llamado tercer mundo, Hakuna Matata.
¡Gracias Eli!
Sí, tenemos mucho que aprender de los países «pobres», porque tienen valores que estamos olvidando, y son mucho más honestos que los «ricos».
Me ha hecho recordar que hace poco estuve con mi madre en el aeropuerto y se retrasó el vuelo, yo ya había pasado por esa situación antes, pero mi madre no, y se quejó todo el tiempo jajaja, y claro una hace precisamente eso, se para y va a preguntar constantemente si va a llegar el avión
¡Gran artículo, verdades como puños!
No puedo estar más de acuerdo con todo lo que has compartido. ¡Cuánto tenemos que aprender!
En Kenia descubrí el Pole Pole, que es como el Shanti Shanti de India, y entre eso y el Hakuna Matata, ¡revolución interior!
Hay un proverbio africano que dice: «vosotros tenéis el reloj, nosotros tenemos el tiempo», y me parece que tiene tantísima razón. Lo verdaderamente valioso no se mide, se disfruta. El tiempo es lo más importante y valioso que tenemos, pero creo que no terminamos de ser muy conscientes de ello (o, cuando o somos, ya es demasiado tarde).
Gracias por este pedazo de artículo! Un abrazo enorme!
Otro para ti, Marta! A ver si dejamos de perder el tiempo mareando la perdiz y nos vamos a Kenia!
Muy buen Post! Nos enseñan a no ser dueños de nuestro tiempo, estar entretenidos con el trabajo, redes sociales…etc, nos controlan para que no podamos ser dueño de nuestro tiempo. Pero debemos de ser conscientes, vivir aquí y ahora y tomar las riendas de nuestra vida.
Fantástico blog Pilar, he disfrutando mucho leyendolo.
Y ahora a disfrutar! Un abrazo y un besazo enorme.
Me alegro de que te guste, Isabel. ¡A seguir disfrutando del momento y a aprender cosas nuevas cada día!
¡Gracias! Un abrazote
Ha sido maravilloso leer este artículo… estoy totalmente de acuerdo con lo que describes, y me siento identificada con la sensación de no tener tiempo y querer llenar la agenda de cosas…. Estoy trabajando en ello, en disfrutar de lo que estoy haciendo en el momento, sin pensar las demás cosas que quedan por hacer…. Me ha parecido muy curiosa la historia del paseo con tus perros, yo aprovecho cualquier paseo para hablar con mis padres. Pero voy a intentar implementarlo: cuando llame a mis padres me sentaré en el sofá y realmente hablaré con ellos, de manera 100% consciente y no doblando calcetines, poniendo lavadoras o yendo a por el pan….
¡Ojalá tuviera 45 años para poder unirme a los viajes!
Hola bonita! Gracias de corazón por tus palabras. Para mí el tiempo de calidad es el que vives en plena consciencia. Yo tb hago varias cosas a la vez muchas veces, pero procuro concentrarme en las que considero importantes.
No hace falta tener más de 40 años para hacer un viaje de piel, ya sabes, no hay nada escrito en piedra
Me encanta el artículo, me siento súper identificada. Cuando fui a Tanzania me paso con el Pole pole. Todo el mundo me lo decía y yo no entendía nada. Hasta q al final le pregunte a uno q significaba y me dijo Piano piano. Allí me di cuenta q iba muy acelerada y eso q no me considero una persona bastante tranquila. Pero si q es verdad q un día me toco esperar un autobús 8 horas en una aldea en medio de la nada, y no entendía nada solo me decían eso “it’s coming”. Pero lo q aprendí y viví en esa espera siempre me lo llevaré conmigo. Si q es verdad q desde ese viaje aprendí lo importante q es disfrutar del tiempo, de las personas, de los momentos, del silencio, de la naturaleza, de escuchar mis pensamientos del pole pole, del Hakuna Matata. Y sobretodo en disfrutar de cada cosa q hago y no en empeñarme en hacer 1000 cosas a la vez sin disfrutar de ninguna de ellas.
Gracias Tamy! Sí, el tiempo no es igual para todo el mundo. Y hay que disfrutarlo conscientemente. ¡Abrazote! ❤❤
Es cierto, el tiempo es lo más valioso que tenemos. Atesorar esos momentos tan impredecibles son maravillosos. Viajar de mochila te da la oportunidad de ver, de contemplar de verdad la diferencia de ritmo entre culturas y la gran aceleración que llevamos «los blanquitos».
Maravillosa reflexión Pilar, gracias por compartirla.
Ojalá hubiera más personas que cuando salen a pasear con el perro olvidan el móvil, cuando se sientan a comer con sus amigos y familia olvidan el móvil. Hemos de volver a conectar y escucharnos.
Gracias por tu comentario Teresa, valoro mucho vuestra opinión.
Es cierto, si tomamos consciencia de la importancia del tiempo, creo que podemos disfrutar de este gran regalo que es la vida. ¡Un abrazo apretao!