Las dos ciudades medievales albanesas han sido declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO (Gjirokaster en 2005 y Berat en 2008), ambas presentan características de las antiguas ciudades otomanas, pero son mucho más que eso.
Berat fué mi primera parada nada más llegar a Albania.
Después de mi ruta salvaje por la costa me dirigí hacia Gjirokaster.
Una de las preguntas que me han hecho otros viajeros por Albania es ¿Berat o Gjirokaster? ¿Cual visito? ¿Qué ciudad te gustó más?
Es una de esas preguntas “sin respuesta correcta” como ¿Beatles o Rollings? ¿Tortilla de patatas con cebolla o sin cebolla?
Sólo sabrás cual te gusta más si visitas las dos.
Berat
Llegué a Berat en bus desde Tirana, unas 2 horas aproximadamente.
El autobús (400 lek) te deja en la ciudad nueva, allí mismo debes tomar un bus urbano que te lleva hasta la ciudad antigua (40Lek).
En Tirana me hizo mal tiempo, cuando llegué a Berat brillaba un sol amable de septiembre que me levantó el ánimo y las ganas de explorar.
Berat, la ciudad de las mil ventanas, consta de dos barrios separados por el río Osum:
Mangalem, en el lado norte del río, orientado hacía el sur y Goriça, en el lado sur mirando al río hacia el norte. Y luego está la zona de Kalaja, que es la zona alta donde se encuentra la fortaleza.
Berat es uno de los asentamientos humanos más antiguos de la zona, poblado desde el siglo VI A.C.
Alojamiento
Te recomiendo que te alojes en Mangalem, el barrio musulmán, que es donde están las casas más emblemáticas de la ciudad con sus “1000 ventanas”.
Yo me alojé en el Hostel Mangalem y fué una inmejorable elección. Si te alojas en la habitación de 6 camas, estás en una de las casas de las 1000 ventanas, y tres de ellas están en tu habitación. Me costó 20€ por dos noches con desayuno incluido.
No sólo es un hostel confortable, restaurado conservando todos los elementos posibles y con muy buen ojo, con una terraza con vistas al río y al barrio de Goriça.
Además Bertie, el encargado del hostel, es una gran persona, habla buen inglés, te dá todo tipo de información y consejos y, si le da por ahí, te lleva a ver el castillo y te cuenta un montón de anécdotas de la fortaleza, él había vivido ahí de pequeño y se la conoce al dedillo.
Y su madre Kalíope, que prepara los desayunos por la mañana, es un sol de señora, te ofrece mermeladas caseras, buñuelos, siempre con una sonrisa y mucho humor.
El padre de Bertie también está por allí, es un señor silencioso con los pantalones calados hasta las axilas, muy gracioso.
Da gusto pasear por las callejuelas en pendiente, llenas de rincones y restaurantes pintorescos de Mangalem, luego cruzas el puente y visitas el lado de Goriça, con sus iglesias ortodoxas y sus muros de piedra.
Dónde comer
La mayoria de comercios y restaurantes están en Mangalem.
Los restaurantes son bastante caros y en dos de ellos me pasó algo que no me había pasado en ningún lugar del mundo hasta entonces: me dijeron que no tenían mesas para una persona.
Para comer, es mejor ir all “Bulevardi Republika”, el paseo que bordea el río hacia la ciudad nueva.
Es una zona peatonal muy agradable, con un jardín arbolado junto al río, donde hay bares y restaurantes bastante más baratos que los de la zona antigua.
Concretamente recomiendo el restaurante “Zgara Zaloshnja”, que también es grill y hacen unas verduras al fuego deliciosas.
Tiene una agradable terraza de madera, comida muy rica a muy buen precio.
Visita a Kalaja y al castillo
La subida al castillo es intensa, la pendiente es muy pronunciada y te recomiendo llevar calzado antideslizante, las piedras están muy gastadas y patina un montón.
La mejor hora para subir, sobre todo en los meses de calor, es una hora antes de la puesta de sol. No te cueces por el camino y puedes ver la puesta de sol desde lo alto de la montaña.
Subimos con un grupo de chicos alemanes y suizos que se alojaban en el hostel y con Bertie, nuestro anfitrión.
De hecho, más que un castillo es una fortaleza, donde se refugiaban los pobladores de Berat de los innumerables ataques que ha sufrido la ciudad.
La entrada es gratuita, de hecho casi todo está en ruinas, no sólo por el paso de los siglos y de los otomanos.
Durante la dictadura, Enver Hoxha destruyó las mezquitas e iglesias que se encontraban en el recinto, sólo queda en pie una pequeña iglesia bizantina y un minarete.
Bertie nos contó muchas cosas de la ciudad, de su infancia en el fuerte, de las influencias que ha tenido Berat a lo largo de los siglos, de las locuras del dictador, de la guerra civil… una auténtica lección de historia.
Vimos la puesta de sol desde el fuerte, con unas vistas espectaculares, y volvimos al hostel ya de noche.
Museo etnográfico
Si te interesa ver cómo vivían los ricos durante el imperio otomano (S XV) es una visita muy recomendable, la casa está muy bien preservada y cuidada, con todos los detalles de la época.
A mí me gustó. La entrada cuesta 200lek.
Iglesias y mezquitas
Suelen estar cerradas, pero si ves grupos de turistas, pégate a ellos, suelen tener visitas concertadas y abren para ellos, de éste modo puedes verlas por dentro.
Otras visitas que hacer en Berat
Si tienes coche o quieres alquilar un taxi, puedes ir a visitar unas cascadas cercanas, a unos 15 km de la ciudad.
También hay visitas a bodegas de vino donde hacen catas de vinos y comidas típicas.
Me encantó Berat, me pilló fresca, hizo buen tiempo, encontré gente bonita y me pareció un lugar interesante y acogedor.
Gjirokaster
Se puede ir directamente de Berat a Gjirokaster, hay dos autobuses diarios, uno por la mañana y otro a media tarde y tardan unas 3 horas.
Yo llegué a Gjirokaster desde Sarande, después de mi ruta por la costa.
El bus te deja abajo, en la ciudad nueva, y la subida a la ciudad antigua es de las que hacen sudar, te lo aseguro.
Alojamiento
Me alojé en el Babacari, abajo, en un barrio peculiar de la zona nueva, a 20 minutos andando del barrio antiguo.
Elegí este hostel porque ofrece habitaciones individuales y tenía ganas de intimidad.
Los alojamientos en el barrio antiguo son bastante caros.
Hay algún hostel con habitaciones compartidas de 10 camas a buen precio, pero como te digo tenía ganas de habitación para mí sola.
Es una casa bonita con jardín, apartada del ruido, con buena cocina, zona de descanso muy agradable y terraza con vistas.
Habitación privada con baño compartido. Me costó 9€ por noche. No sirven desayunos.
Había echado un ojo a la previsión meteorológica y venían días de lluvia abundante.
Por eso opté por un sitio agradable y una habitación para mí sola, aunque tuviera que pegarme una caminata cuesta arriba para llegar a la zona antigua.
Dónde comer
No tuve buenas experiencias con los restaurantes en Gjirokaster. En general me parecieron caros y malos.
Al final opté por comer algún “pide” (kebab) o trozo de pizza al mediodía y hacerme mi propia comida en el hostel por la noche.
El barrio antiguo.
El barrio antiguo de Gjirokaster es bonito y peculiar, en pendiente en la ladera de una montaña coronada por el castillo, y está muy bien cuidado.
Me pareció bastante más turístico que Berat.
En la zona del Bazar, todas las tiendas tienen los mismos souvenirs turísticos, aunque la foto es muy bonita, hay que decirlo.
Gjirokaster, como Berat, muestra las típicas edificaciones de la época otomana y bizantina, en 1965 el estado albanés la proclamó “ciudad museo”. Es Patrimonio de la Humanidad por la Unesco desde 2005.
También es la ciudad de nacimiento de Enver Hoxha, el dictador comunista.
No fuí al museo etnográfico porque era la casa de nacimiento del dictador (ya ves tú que casualidad) y la verdad es que le cogí bastante manía al tipo.
Castillo de Gjirokaster
La visita al castillo cuesta 400 lek y está bastante bien conservado, pero hay armas de todas las épocas
¡Incluso hay un avión alemán de la 2a Guerra Mundial que derribaron los albaneses en el patio!
Hay un museo dentro del castillo, con más armas. Cuesta 200 lek más y, a no ser que seas un apasionado del tema bélico, no vale la pena.
La leyenda de Argjiro
Lo que más me gustó del castillo fué la torre del reloj y la leyenda de la princesa Argjiro.
La historia albanesa está llena de mitos y leyendas, todas ellas bastante inquietantes, y la de la princesa Argjiro llama la atención.
Te la cuento rapidito.
Siglo XV, los otomanos estaban a punto de tomar la ciudad.
La princesa Argjiro no quería ser apresada, había oído lo que hacían los otomanos con las mujeres, y decidió acabar con su vida tirándose al vacío con su bebé en brazos desde los muros del castillo.
Ella murió, pero el niño, protegido por su abrazo, sobrevivió.
Dice la leyenda que, para salvar al niño, empezó a brotar leche de las piedras donde cayeron la princesa con el bebé.
El niño fué alimentado por las piedras hasta que fué encontrado.
Geológicamente, se ha demostrado que hay grandes depósitos de calcio bajo las rocas donde dice la leyenda que cayeron la princesa y su hijo.
¡Y llegan las lluvias!
Me apresuré a ver todo lo que quería el primer día que estuve en Gjirokaster, porque había pronóstico de lluvias.
El segundo día se desató una lluvia intensa que duró 30 horas.
Llovía en todo el país, así que me lo tomé con filosofía, llené la nevera, y me dispuse a pasar la borrasca en mi alojamiento agradable, leyendo, trabajando y planeando mis próximos pasos.
Mi idea era pasar 2 noches en Gjirokaster y a la mañana del tercer día coger el autobús hacia Korça, pero el bus se anuló debido a la lluvia, y me quedé una noche más.
Pasé tres noches en el Babacari, ¡ya me sentía como en casa! La tarde del tercer día salió el sol y me dí el último paseo por la ciudad antigua de Gjirokaster.
Al día siguiente tomé el bus hacia Korça a las 7 de la mañana. ¡Fué el trayecto más auténtico e impactante de todo mi viaje por Albania!
Entiendo perfectamente que se anulen las salidas del bus a Korça cuando llueve, es un trayecto complicado por una carretera infernal ¡incluso sin lluvia!
Conclusión
Si te gustan las ciudades con historia y encanto, vale la pena visitar tanto Berat como Gjirokaster.
Tu percepción de los lugares que visitas es muy subjetiva, depende de tu estado de ánimo, de la meteorología, de la gente que te encuentras en el camino, de tus gustos y de tus experiencias en el lugar.
Y la única manera de saber cual te gusta más es poder compararlas.
Hay otras muchas ciudades antiguas y llenas de misterio y leyendas en Albania, como Kruje, Apolonia, Korça… para ser un país tan pequeño, tiene una diversidad increíble.
En este caso, habiendo leído el post ¿qué ciudad crees que me gustó más? Está fácil ¿no?