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Hace unos días regresé de Albania y ha sido una experiencia totalmente enriquecedora.

Este pequeño país balcánico me ha regalado 25 días de descubrimiento, alegría, resiliencia, solidaridad y magia. ¡Ha sido tan divertido descubrir los secretos de Albania!

En mi primer pasaporte ponía “válido para todos los países del mundo excepto Albania y Corea del Norte”, de eso hace ya casi 40 años y me propuse visitar el país algún día.

Albania fué cerca de 50 años una tierra inaccesible, encerrada tras los muros y protegida por los miles de búnkeres que el dictador paranóico Enver Hohxa erigió por todo el país.

La dictadura comunista, que terminó a principios de los 90 dejó a Albania en la cola de Europa, y la transición llevó al país a una corta pero truculenta guerra civil el año 1997, que acabó con la precaria economía del país.

Pero siguieron adelante y el país progresa, para bien y para mal.

Albania se abre al mundo

Después de casi cincuenta años de dictadura comunista y una guerra civil, Albania, por fin, vuelve a estar en el mapa.

Este pequeño y poco conocido país me ha vuelto a reafirmar en que el mundo está lleno de gente bonita y, en este caso, absolutamente generosa y desprendida.

Hay quien dice que, como es un país pequeño, se puede ver todo en 10 días. Y quizá sea cierto, si sólo quieres visitar y fotografiar los lugares más conocidos y poder decir “he estado allí”, pero para conocer el país más a fondo y a su gente necesitas más tiempo.

Y su gente, te lo aseguro, es de lo más interesante.

Por eso reivindico el “slow travel”, viajar despacio, dejar que el lugar se te meta dentro, aprender palabras nuevas y dejar una huella positiva a tu paso.

Ubicación

Albania es un pequeño país al norte de Grecia, Bañado por el Adriático y el Jónico, rodeada por Kosovo, Montenegro y Macedonia del Norte, y está muy cerquita del talón de la bota de Italia (muchos albaneses hablan italiano, durante la dictadura “pillaban” canales italianos en la tele).

La isla griega de Corfú está apenas a media hora de ferry de Sarande.

Está más o menos a la misma latitud que el norte de España y también tienen el mismo horario, aunque, al estar más al este, amanece más temprano y también se hace de noche más pronto.

Se habla inglés en las zonas más turísticas, pero a la que te metes un poco en las zonas rurales es difícil encontrar alguien que hable inglés, aunque quien más quien menos chapurrea un italiano macarrónico.

El albanés es un idioma difícil, pero no está de más aprender unas palabras para ganarse a la gente y que vean que te esfuerzas por entender su idioma.

Las fronteras de Albania con sus países vecinos son permeables y dejan entrar aire fresco: en la costa es notable la influencia de Grecia e Italia, mientras que las zonas del interior comparten historia, anécdotas y mitos con sus vecinos balcánicos.

Albania tiene magníficas playas, montañas, lagos milenarios, bosques profundos… si te gusta la naturaleza disfrutarás mucho de lo que ofrece.

 

Vuelos

Actualmente WizzAir (compañía low cost húngara) tiene vuelos directos desde Barcelona y Madrid a Tirana a muy buen precio (sep – oct 2022), eso sí, es posible que los vuelos sufran retrasos y alguna que otra cancelación.

Presupuesto

Es un país muy asequible, puedes dormir por 10-15€ y comer por 5-8€, por cierto, ¡la comida es deliciosa!

Si viajas sola con un presupuesto ajustado lo más económico son las habitaciones compartidas en hostels, si sois dos, podeis encontrar habitaciones dobles entre 20 y 30 € la noche.

La moneda local es el Lek 1€ = 115 lek (octubre 2022). 

Mi presupuesto en este viaje ha sido de 30€ diarios.

Intento no utilizar tarjetas de crédito en mis viajes, aunque haya algunas que te dicen que no cobran comisión, siempre hay algún gasto por medio. Llevo dinero en euros y los voy cambiando a medida que los necesito.

En toda Albania hay casas de cambio por todas partes y hacen un muy buen cambio.

En general se paga todo en efectivo, en muchos sitios puedes pagar en euros pero ahí sí que hacen siempre el cambio a su favor.

En Tirana sí puedes pagar con tarjeta en muchos sitios, pero en el resto del país es mejor llevar efectivo. Hay cajeros en todas las ciudades.

El transporte público también es barato y, aunque el sistema de buses es algo caótico, te llevan a todas partes. Los buses se pagan en efectivo, en leks, una vez estás dentro. 

Internet

Había leído por ahí que Albania es como era España hace 30 años. Y es cierto que a veces parece que hayas dado un salto en el tiempo, sobre todo en las zonas más rurales, sin embargo tienen una estupenda conexión a Internet, hay wifi en todos los alojamientos y suele ser buena.

Puedes comprar una SIM de Vodafone en el mismo aeropuerto, te recomiendo ésta porque es la que tiene mejor cobertura. Compré una SIM “para turistas”, me costó 15€, con 35 Gigas y llamadas ilimitadas durante un mes. 

Recomendación express

Para terminar debo recomendarte que, si quieres visitar esta bonita tierra balcánica, lo hagas lo antes posible. El turismo de masas ya está hincando el diente, como te contaré en el post sobre la costa albanesa, sobre todo la parte costera empieza a estar muy trillada, en pocos años será como Croacia y los precios subirán. 

Ahora aún mantiene su autenticidad, sobre todo en el interior, o sea que no esperes mucho tiempo y viaja a Albania antes de que se la coma la industria turística.

 

Mi itinerario

En el mapa puedes ver el itinerario que realicé en Albania en 25 días en transporte público y autostop, con una pequeña incursión en Macedonia del norte.

A. Tirana

B. Berat

C. Himare

D. Borsh Beach

E. Gjirokaster

F. Korça

G. Pogradec

H. Ohrid (Macedonia del Norte)

I. Shkoder

J. Theth (alpes albaneses)

Y regreso a Tirana para el vuelo de vuelta.

Os voy contando con detalle mis aventuras durante el recorrido en los siguientes posts del blog:

– Ruta salvaje por la costa albanesa

– Ciudades medievales; Berat y Gjirokaster

– Albania interior: naturaleza y Macedonia

    Curiosidades de Albania

    La dictadura

    Albania atrae a muchos por su oscuro pasado de dictadura comunista. Si hablas con la gente que lo vivió, (y son muchos, la dictadura acabó a principios de los 90) ellos quieren borrar ese pasado de sus vidas y de su entorno.

    «El dictador Enver Hohxa estaba muy loco», te dirán. Y es así.

    Ese hombre sumió al pueblo en la más absoluta pobreza, mucha gente fué torturada y asesinada en los campos de reeducación, aisló al país de toda influencia externa y lo sembró de búnkers y de monumentos de hormigón con su nombre y el de su partido.

    Aunque se han intentado borrar las huellas de la dictadura, aún hay búnkers de hormigón en ruinas sembrados por la costa y las montañas.

    Para los visitantes puede ser una foto curiosa, para los albaneses es el recuerdo de un pasado muy doloroso.

    Este pueblo resiliente no quiere estar anclado en el pasado sino vivir el presente y mirar hacia adelante, dejando atrás la miseria.

    Digo esto porque sacar el tema es meter el dedo en la llaga. Si ellos quieren hablar de esa época, perfecto, sino, no insistas. Aún hay muchas heridas abiertas.

    Sí es no y no es sí

    Algo que me costó asimilar es que te dicen que sí haciendo que no con la cabeza, y al contrario. Aunque lo sepas te confunde mucho. 

    El motivo es que, cuando los otomanos invadieron Albania, los obligaban a convertirse al islam.

    La manera de ‘convertir’ a un albanés al islam era ponerle un cuchillo pegado a la garganta y preguntarle si quería cambiar de religión, de manera que al responder que «no» girando la cabeza de un lado al otro, el cuchillo se deslizaba por el cuello y el “infiel” moría.

    Los albaneses idearon que lo mejor para salvar la vida era hacer el signo de «Sí», es decir moviendo la cabeza de arriba a abajo para no morir, pero pensaban que «No». De este modo se supone que se libraban de la muerte a la vez que se mantenían fieles a sus creencias religiosas. Es la explicación que me dieron medio en gestos y con muchas risas y varios «raki» (licor casero local) no sé qué tanto de cierto tendrá.

     

    Sopa para desayunar

    Otra costumbre que me chocó es que desayunan sopa.

    No un caldito, si no una sopa contundente con carne y patatas que les pone las pilas para el resto del día.

    En las cartas de los restaurantes verás que las sopas y las tortillas sólo se sirven como desayuno.

    Si quieres una sopa en un restaurante a la hora de comer o cenar, te mirarán como a un bicho raro, pero si insistes, puede que les haya sobrado del desayuno y te la sirvan. ¡Son deliciosas, por cierto!

    Por la carretera

    Los conductores de autobús fuman mientras conducen, con su ventanilla abierta,  y hablan continuamente por el móvil.

    Y si, como me pasó a mí en el trayecto de Gjirokaster a Korça, en el autobús sólo viajan hombres albaneses y tú eres la única extranjera, todos se pondrán a fumar, abriendo las ventanillas a tope y dejando que el frío de la mañana se te meta en los huesos. Si hay más turistas se contienen un poco, eso sí, hacen paradas para poder fumar.

    Hablando de carreteras, al ser un país muy montañoso, las infraestructuras viarias son sinuosas y, aunque están invirtiendo mucho dinero en mejorarlas, la orografía del país impide que sean lo mejor del mundo. ¡Prepárate para las curvas! 

    La primera impresión que te da la manera de conducir de los albaneses es que son bastante agresivos y no hacen mucho caso de las señales, pero hay que decir que conducen muy bien.

    Es muy fácil hacer autostop en Albania. Mucha gente del país que no tiene vehículo se mueve así, a mí me han llevado varias veces, tanto gente del país como otros turistas que habían alquilado vehículo. 

     

    Cómo ves, no hace falta irse a la otra punta del mundo para conocer costumbres distintas a la tuya. Albania está a dos horas de avión de Barcelona y a un poco más desde Madrid, está en el continente europeo, pero te sorprende a cada segundo.

    En este post apenas rasco la superfície de todos los mitos y curiosidades del país de las águilas, en los siguientes posts, donde te explico mi experiencia, encontrarás muchas más curiosidades de este pequeño y hermoso país.