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Primeras impresiones

Las que me conocéis sabéis que no me gustan las grandes ciudades. Soy de preferencias “rurales”, no me gusta la masificación, qué le vamos a hacer.

Cuando viajé por el sudeste asiático aterricé en Bangkok y, a pesar de que me habían dicho que había un montón de cosas por ver y hacer en la ciudad, aguanté apenas una noche. La contaminación y el ruido me agobian.

Me propuse estar 3 días en Estambul, más días si me sentía a gusto, menos si me agobiaba. Estuve los 3 días, y lo disfruté a tope.

Porque Estambul es una gran ciudad (15 millones de habitantes) pero también es una ciudad amable y abierta, con montones de opciones y alternativas, con mil caras por descubrir.

Al estar rodeada de agua por todas partes, recibiendo brisa marina, la contaminación se disipa y deja ver una ciudad diversa, con montones de cosas por hacer, con zonas más tranquilas y otras más bulliciosas, y con una belleza excepcional.

Alojamiento

Me alojé en el Old Town Istambul Hostel, por 8€ la noche. Opté por lo más barato, habitación compartida con 6 plazas (3 literas) ¡Desayuno incluido!.

Por este precio no puedes pedir mucho, es un alojamiento sencillo, limpio y muy bien situado. El inconveniente es que hay pocos lavabos y duchas para todos, por lo que tienes que esperar o ducharte en horas intempestivas. 

La ventaja de alojarte en un hostel, sobre todo si viajas sola, es que conoces a otros viajeros, compartes experiencias e información. Es una buena manera de aterrizar en un lugar nuevo.

Las camas son cómodas y el sitio es agradable, y, sobre todo, está muy bien situado, pues está apenas a 10 minutos andando de la zona de las mezquitas y monumentos más populares: Aya Sofía, mezquita azul, Palacio de Topkapi… de hecho está en una calle estrecha pegado a los muros del palacio, es un sitio muy tranquilo por la noche, y eso se agradece.

Hay una gran oferta de alojamientos de todo tipo en la parte europea, desde hostels a hoteles de lujo, busca el que mejor se adapte a tus necesidades.

El primer día lo pasé en Sultanahmet, donde están los monumentos típicos: mezquita de Aya Sofía, que desde que es mezquita, hace dos o tres años, es gratuita, aunque hay grandes colas, mezquita azul, que no visité ese día porque era sábado y la cola era interminable, el palacio de Topkapi, donde sólo entré en los primeros patios (que son gratis), fuí a ver la puesta de sol en el puente Gálata…

No soy de tachar visitas en una lista ni es demasiado importante para mí “verlo todo”, más bien me dediqué a tomarle el pulso a la ciudad, a captar su ritmo, a callejear e impregnarme de su esencia.

La parte más turística de Estambul, concretamente el barrio de Sultanahmet, está en el lado europeo del Bósforo y la verdad es que es una postal, todo limpio y bonito, demasiado bonito para una ciudad real.

El lado asiático

Decidí que quería «pasar al otro lado» y al día siguiente me uní a una linda parejita de Medellín, unos jóvenes muy agradables que conocí en el hostel, para explorar el otro lado juntos.

Un amigo americano, Brendan, al que conocí en India hace 6 años, está viviendo en Estambul, en la zona asiática, más concretamente en el barrio de Kadiköy, uno de los más antiguos de la ciudad, donde se han trasladado muchos de los residentes de Estambul debido a los altos precios de compra y alquiler en la zona europea.

Así que decidimos visitar ese barrio, una gran aventura si eres nuevo en la ciudad.

La mejor manera de conocer las mil caras de Estambul es el transporte público y además funciona de maravilla. Si te sacas la Istanbul Kart, te permitirá moverte en metro, bus, tranvía, ferri y creo que incluso vale para algún teleférico. Tienes que ir recargándola cuando se te acaba el saldo, es más práctica y te sale a mejor precio que ir comprando las targetas individuales para pasar los tornos.

Así que compramos nuestras Istanbul Karts y nos dirigimos en tranvía a Eminönu, que es el sitio desde donde salen los ferrys más cercano a nuestro alojamiento.

Cruzamos el Bósforo y navegamos por el mar de Mármara, algo que creo que hay que hacer si estás en Estambul, y no hace falta gastarte 20 o 30€ en un tour, tomas el ferry que te cuesta 3€ y lo disfrutas igual.

Pero no bajamos en Kadyköy sino en Üsküdar, teníamos muchas ganas de explorar.

En Üskudar empezamos a disfrutar de la ciudad real: mercados callejeros, montones de gente joven (la mayoría de las universidades públicas están en esta zona).

El paisaje del Bósforo y el mar de Mármara es hermoso y por lo que se ve la puesta de sol desde la orilla asiática es muy hermosa… nosotros, después de callejear por el barrio, tomamos el metro para ir hasta Kadiköy.

Y si Üskudar nos gustó por su autenticidad, Kadiköy se nos metió dentro al instante.

Uno de los mayores encantos de Kadiköy es su mercado abierto. Puestos de fruta y verdura se intercalan con los puestos de pescado. No importa el día, siempre está abierto y con producto fresco.

Es el lugar perfecto para hacer unas compras a precio de local. Si te gusta llevarte cosas auténticas, aprovecha para comprar especias, tés o frutos secos.

El barrio es también conocido por sus tiendas con productos creados por jóvenes diseñadores turcos. Allí podrás encontrar desde camisetas a cojines para casa o joyitas.

Kadiköy es también el lugar perfecto para los amantes del arte callejero.

Varios edificios de la zona están cubiertos por verdaderas obras de arte, en parte gracias a un festival de grafittis que se organiza cada año en el barrio: Mural Istanbul Festival. 

Por fin habíamos llegado a Kadiköy, y estábamos muertos de hambre, así que buscamos un sitio barato para comer y llamé a Brendan.

Comida

Aprovecho para hablaros de la comida en Estambul. La hay para todos los gustos y bolsillos, aunque si eres vegetariana puede ser muy monótona, la mayoría de los platos llevan carne.

Tienes los conocidos kebabs, que saben muy distinto en Turquía. La carne es más buena y sabrosa, le echan pocas salsas, es más seco, y es una buena opción de emergencia, pero tampoco puedes comer kebabs todos los días.

Una opción barata, que me encanta y la encuentras en todas partes es la sopa de lentejas: te cuesta entre 1€ y 2€, dependiendo del lugar, y normalmente te la ponen con un pan turco, cositas para meterle dentro (hierbas, pan tostado, verduras picadas, a veces hasta un poco de arroz). ¡O sea que por poco llenas la tripa!

Brendan apareció cuando ya acabábamos con nuestros kebabs, el mismo de siempre, bueno, con menos pelo, cuando lo conocí llevaba el pelo largo y una gran barba, ahora está más “despejado”, cosas del trabajo, supongo.

No parece para nada un yanki, es ya un ciudadano del mundo, con su pelo descuidado, su mirada infantil, su sonrisa eterna y sus chancletas gastadas.

Nos invitó a su casa, estuvimos de cháchara el resto de la tarde, y cuando vimos que se ponía el sol bajamos al puerto, y disfrutamos de una puesta de sol increíble que nos acompañó en la travesía de regreso.

Fué un día completo y hermoso, de esos que disfrutas cada minuto, de descubrimiento, reencuentros y risas.

Muchas gracias Ana y Julián por disfrutar ese día conmigo, y gracias Brendan por ser como eres.

Últimas horas en Estambul

Al día siguiente, lunes, me propuse hacer la visita que me había quedado pendiente a la mezquita azul.

Me voy para allá, hoy hay mucha menos gente, me acerco a la imponente Mezquita Azul… ¡Y está cerrada! En temporada baja los lunes, martes y miércoles no abren… Ya la veré a la vuelta, pensé.

Ese día tomaría un bus nocturno hacia Capadocia y, la verdad, el día anterior había sido muy intenso, así que me lo tomé con calma, dejé mi mochila en una tienda local cerca del hostel para no tener que arrastrarla todo el día (sin ningún cargo y con una sonrisa de oreja a oreja, me encanta la gente de allí) y estuve callejeando por la Estambul de postal. 

Pensé que retomaría las visitas pendientes a la vuelta de mi “paseo” por Turquía, pero los viajes toman vida propia…¡Eso sí, me guardo mi “Istambul Kart” para la próxima!.

Y sí, volveré a Estambul más pronto que tarde y convencida de que puedo quedarme un tiempo, quizá una semana y todo, sin pestañear. 

La verdad es que tiene mucho que ofrecer, una semana no da para mucho, ni un mes, ni un año… ¡necesitas al menos 3 vidas para conocer realmente las mil caras de Estambul!

 

 

Presupuesto Estambul: 

Alojamiento: 8×3= 24€ (con desayuno)

Comidas: 36€

Istanbul Kart y viajes en tranvía, metro y ferry: 20€

No pagué ni una sola visita. Las mezquitas son gratuitas, los primeros patios del Palacio Topkapi también, y ver la puesta de sol desde el puente Gálata no tiene precio.

Total presupuesto Estambul: 80€ por 3 días